Si bien la reciente encuesta del FNDH sobre sus concesionarios demuestra que las personas defensoras y las organizaciones de derechos humanos se han visto gravemente afectadas por COVID-19, los resultados también muestran claramente que las organizaciones se han adaptado de manera innovadora y creativa, y siguen realizando eficazmente sus actividades.
Desde el brote de COVID-19, el FNDH ha seguido de cerca los acontecimientos, la forma en que afectan la situación general de los derechos humanos en los países en los que trabajamos y la influencia que ejercen en la capacidad de nuestras organizaciones copartes para llevar a cabo su importante labor. Como parte de este proceso, el FNDH envió una encuesta de diez preguntas a todos nuestros concesionarios asociados el 28 de agosto para reunir información a gran escala y así evaluar el impacto de la pandemia del coronavirus. La encuesta generó algunas conclusiones interesantes que proporcionan una valiosa perspectiva de cómo muchas organizaciones de la sociedad civil y activistas de derechos humanos se están adaptando a los desafíos increíblemente difíciles en medio de la pandemia global de COVID-19.
En primer lugar, los concesionarios del FNDH informaron que la pandemia había afectado significativamente su capacidad de llevar a cabo actividades. Casi una cuarta parte reportó un impacto negativo grave o extremo en su capacidad de ejercer su trabajo de proyecto. La mitad informó sobre un impacto negativo moderado. El impacto en las actividades de las organizaciones ha sido sustancial, y un promedio del 41% del total de las actividades de proyecto de nuestros concesionarios se había retrasado o cancelado como resultado de COVID-19.
Este impacto negativo ha cambiado de manera fundamental la forma en que los concesionarios del FNDH interactúan con sus comunidades beneficiarias. Más de la mitad de los concesionarios no están actualmente en condiciones de reunirse directamente con los grupos destinatarios y los beneficiarios, ni de organizar eventos de campañas presenciales.Casi la mitad de los concesionarios informaron que no pueden proporcionar capacitación presencial o realizar actividades de promoción directamente con los responsables de la toma de decisiones.
Las conclusiones también muestran que las organizaciones tuvieron que cambiar de forma significativa el tipo de actividades de proyecto que llevan a cabo para adaptarse a estos importantes desafíos y nuevas circunstancias. Según lo informado, se adaptaron al pasar a utilizar plataformas e instrumentos digitales, centrándose más en la promoción y el monitoreo, así como en asegurar el distanciamiento social y el uso de mascarillas.
El FNDH también pidió a nuestros socios concesionarios que clasificaran su propia capacidad percibida para continuar su trabajo y cumplir con los objetivos del proyecto, a pesar de los desafíos que enfrentan y la transición que se han visto obligados a realizar en medio de COVID-19. Como aspecto positivo, el 74% de nuestros concesionarios reportaron una capacidad bastante o muy fuerte para lograr los resultados previstos antes de que comenzara el brote de la pandemia. Esto sugiere que un número considerable de las organizaciones todavía es capaz de trabajar de forma estable y ha sido creativo en la búsqueda de nuevas herramientas innovadoras para adaptarse a una nueva realidad.
Evidentemente, el COVID-19 ha tenido un enorme impacto en las organizaciones concesionarias del FNDH y, lo que es más importante, en las comunidades destinatarias. Sin embargo, como ha sucedido con otras partes de la sociedad en todo el mundo, las organizaciones de la sociedad civil y las personas defensoras de los derechos humanos se han visto instadas a pensar de manera innovadora sobre la forma en que realizan su labor. Además, el contacto diario del FNDH con nuestros concesionarios y los resultados positivos de la encuesta muestran que las organizaciones locales tienen una gran capacidad de adaptación y que siguen prestando un buen servicio a sus comunidades.