En febrero del año 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitió el caso sobre la mina Pasta de Conchos que, explotó el 19 de febrero del año 2006 dejando atrapados a 65 trabajadores, de los cuales solamente fueron recuperados los cuerpos de 2 y dejando en la mina a los 63 restantes. Como resultado de la admisión ante la CIDH, los casi 1,100 familiares directos de 59 de las 63 familias que se congregan en la Organización Familia Pasta de Conchos (OFPC), aceptaron la posibilidad de un Acuerdo Amistoso con el Gobierno, sí y solo sí, este inicia las obras de Recuperación de los Restos de los 63 mineros. Es decir, la Recuperación de los Restos, no es de ninguna manera, la resolución del caso, sino la condición para que el Gobierno pueda acceder a una Solución Amistosa.
Después de 14 años, el 10 de mayo del año 2019, se estableció el Comité para la Reparación y la Justicia en Pasta de Conchos. En este Comité, encabezado por la Secretaría del Trabajo, participan además, la Secretaría de Economía (Subsecretaría de Minas, Fideicomiso para el Fomento Minero y el Servicio Geológico Mexicano), la Secretaría de Gobernación (Subsecretaria de Derechos Humanos y Coordinación Nacional de Protección Civil), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, SEDENA, Expertos en minas de carbón y rescate minero nacionales y extranjeros, Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y familiares y representantes de las familias (OFPC y el Centro Pro-DH).
Evidentemente, grupos empresariales, políticos y sindicalistas han emprendido una fuerte campaña de desprestigio y descalificación a la Recuperación de los Restos en medios locales, incluso, enviando mensajes de amenazas contra una de las representantes de las familias.
Para poder hacer una propuesta técnica que determinara cómo se haría la Recuperación de los Restos, el Servicio Geológico Mexicano (SGM) realizó una serie de estudios técnicos solicitados por los expertos en minas. Y entonces, llegó la pandemia de COVID-19. El 20 de marzo se inició la Jornada de Sana Distancia, ese mismo día, el SGM terminaba los estudios en sitio. A partir de ese momento, como todas las personas, todas las organizaciones, también la OFPC comienza un proceso de reinventarse para poder seguir trabajando.
Entre las mismas familias del caso de Pasta de Conchos, pero también, de los mineros del carbón, unos/as a otros/as se capacitaron para poder utilizar sistemas de llamadas individuales y grupales y mensajería por medio de aplicaciones. Esto permitió, no solo resolver necesidades del SGM para avanzar en la propuesta técnica, sino y sobre todo, que las mujeres (que son una gran mayoría en la OFPC), pudieran acompañarse y permanecer unidas en este tiempo y poder seguir avanzando en la construcción de una propuesta técnica para Recuperar los Restos de sus familiares.
Lo mismo han hecho los trabajadores mineros, si bien, este tiempo la mayoría de las minas de carbón se detuvieron debido a que la empresa del Estado dejo de comprarles carbón, quienes si estaban trabajando también utilizaron los servicios de mensajería para denunciar violaciones a las normas de seguridad. Y para sorpresa nuestra, trabajadores de empresas maquiladoras comenzaron también a contactarnos para denunciar los riesgos de contagio o brotes de contagio en los centros de trabajo.
Dado el aislamiento geográfico de la región carbonífera y el desinterés histórico por la salud de los mineros del carbón y las familias, se establecieron canales de comunicación con el Instituto Mexicano del Seguro Social para informar e informarnos y tomar decisiones que permitieran proteger a la población. Especialmente, hemos hecho mucho énfasis en el ejemplo. Las familias de la OFPC han acatado de acuerdo con sus posibilidades las medidas de aislamiento, aún así, hemos tenido casos de familias infectadas y la muerte de algunos trabajadores mineros del carbón. Y con la Secretaría de Trabajo, con quienes coadyuvamos para evitar eventos mortales y accidentes en las minas desde el año 2013, ahora también atendemos las denuncias por riesgo de COVID, no solo en la región carbonífera, sino en todo el Estado de Coahuila.
También se abrió un canal de comunicación con el Gobierno del Estado de Coahuila, sin embargo, no funcionó, porque no tienen ninguna voluntad de resolver, en el mejor de los casos, logramos contener la violencia de sus policías contra los mineros del carbón, pero, jamás abren las investigaciones ni proceden contra los agresores. Solo logramos que, en algunos casos se deje de violentar a los mineros.
Las minas volverán a operar en un par de semanas, se han renovado los contratos de compra de carbón, y creemos que, al haber reinventado con las mujeres nuevas formas de comunicación, estamos mejor preparadas para atender los llamados de los mineros que sean puestos en riesgo.
El FNDH invita a diferentes actores del campo de los derechos humanos a contribuir en este blog. Las opiniones expresadas aquí son las de los autores.
#YoDefiendoDerechos
Cristina Auerbach ha compartido su historia en nuestra plataforma Yo Defiendo Derechos. Escúcha su historia aquí: