Todo lo que pasa en los bosques nos termina afectando a todas las personas

¿Qué hace que los bosques sean tan importantes? Los bosques son los pulmones del planeta: abarcan un tercio de la superficie del suelo terrestre con 4.060 millones de hectáreas que equivalen a las áreas combinadas de Brasil, Canadá, China y Estados Unidos.
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Los bosques son ecosistemas en los que prolifera una abundante biodiversidad, pues albergan 60.000 especies de árboles, el 80% de las especies de anfibios, el 75% de las especies de aves y el 68% de las especies de mamíferos del mundo.

Las sociedades también se benefician de los bosques y dependen en buena medida de ellos. Se estima que más de la mitad del PIB mundial depende en gran parte de los servicios ecosistémicos que proporcionan los bosques. El sector forestal aporta más de 1.52 billones de USD al PIB mundial y emplea a 33.000.000 de personas.

A pesar de la importancia de los bosques, en 2022, la deforestación mundial aumentó un 4 %, en comparación con 2021, con la pérdida de 6,6 millones de hectáreas de bosque, lo que amenaza el objetivo de eliminar para 2030 la pérdida de masa arbórea, según un informe.

El estudio de Forest Declaration Assessment (FDA), una coalición de organizaciones de la sociedad civil que monitorea la deforestación del planeta constató que los datos de 2022 suponen una aceleración de la destrucción de los bosques y un retroceso en el compromiso global de eliminar la pérdida forestal para 2030.

Su extensión está disminuyendo y las mayores pérdidas se registran en América Latina. Un total de 15 billones de árboles se talan cada año en el mundo, el 95% de la deforestación se desarrolla en los trópicos y esto incluye a los bosques latinoamericanos.

Colombia se encuentra dentro de los países de América Latina, y del mundo, que pierden más cantidad de hectáreas de bosques. Las cifras oficiales más recientes indican que Colombia para el año 2022, contaba con coberturas de bosque natural en el 52% del territorio continental e insular, 65,6% de los bosques están en la Amazonia colombiana. El monitoreo de la deforestación entre los años 2001 a 2022 en Colombia revela una cifra acumulada 3.306.393 ha. Solo en el año 2022 se perdieron 123.517 ha.

Al parecer la persistencia de actividades ilegales como acaparamiento de tierras, extracción ilícita de minerales y madera, la acción de grupos armados ilegales, los mercados informales de tierras y el incremento del hato ganadero son algunas de las principales causas de la deforestación en Colombia.

En 2016, el mismo año en el que el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz para ponerle fin a una guerra interna que duró casi medio siglo, las hectáreas de bosques amazónicos comenzaron a disminuir, pues aumentó la deforestación en un 44% con respecto al año anterior.

Por décadas la guerra frenó la colonización en el sur de Colombia, evitando una alta deforestación, pero luego de la firma de la paz la dinámica cambió. Actualmente se observa que la mayor parte de esta actividad de tala de árboles está concentrada en los bosques amazónicos (65%).

Las organizaciones sociales de base, clave para la protección de los bosques

La labor de las organizaciones sociales de base y de las personas defensoras en la protección de los bosques es crucial para reducir la deforestación y sus consecuencias, dos iniciativas gestionadas desde la sociedad civil muestran que la importancia de la apropiación comunitaria para la defensa de los bosques en los departamentos de Antioquia y Caquetá.

En el departamento de Antioquía, en los municipios de San Luis y San Carlos, en el noroccidente de Colombia, las comunidades locales trabajan en la identificación y desarrollo de alternativas económicas a partir del bosque y sus servicios ecosistémicos, pues según indica la Corporación de Estudios, Educación e Investigación Ambiental (CEAM): “la agricultura y el pastoreo que actualmente se desarrolla deja como efecto la pérdida del bosque primario y un paisaje compuesto por rastrojos altos y bajos en alto grado de degradación de comunidades vegetales, de especies y genética”.

En este sentido, CEAM realiza una labor de transformación cultural y económica para reducir la deforestación y degradación del bosque de la Reserva Forestal Protectora Regional La Tebaida. En esta iniciativa participan alrededor de 30 personas campesinas de San Luis y San Carlos que a través de un diplomado llamado ‘Ruralidad, Bosques y Paz’ están fortaleciendo sus conocimientos sobre las políticas públicas, biodiversidad, uso sostenible, servicios ecosistémicos, y aprovechamiento sostenible de productos no maderables del bosque.

Además, las personas campesinas han desarrollado jornadas de capacitación, recorridos de campo, identificación y monitoreo de fuentes semilleras para la restauración ecológica de la Reserva y protocolo de autoprotección para líderes, lideresas y personas defensoras ambientales que buscan disminuir los riesgos de quienes protegen y defienden los bosques.

En el departamento del Caquetá, con el objetivo de mitigar los impactos de la deforestación, la Corporación para el Desarrollo Sustentable para el Piedemonte Andino-Amazónico (CORDESPA) desarrolla un proyecto de gobernanza ambiental como mecanismo de protección del bosque en el Parque Nacional Natural Alto Fragua Indi Wasi, en la cuenca del río Sarabando, una zona de transición Andino-Amazónica.

La cuenca del río Sarabando anteriormente era identificada por los cultivos de coca y la presencia de grupos armados, pero actualmente los habitantes le dan otra mirada al lugar a través de su labor. Adicionalmente, a futuro, esta iniciativa busca incidir en el Esquema de Ordenamiento Territorial y gestionar la implementación sostenible de sus sueños y necesidades, el auto reconocimiento del territorio por las familias, el fortalecimiento de capacidades en metodologías para el monitoreo de la biodiversidad y la firma de un acuerdo de conservación comunitaria para la protección de los bosques de la Cuenca.

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En el Día Internacional de los bosques (21 de marzo) resaltamos el trabajo de las organizaciones sociales de base y de las personas defensoras que están en primera línea por el cuidado y protección de los bosques. Conscientes de que esta labor es clave para reducir la deforestación y las devastadoras consecuencias que esta actividad conlleva, en Colombia, el Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH) promueve iniciativas locales de protección de los bosques a través del Programa de Bosques, Ambiente y Derechos Humanos.

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Portada: Reserva Forestal Protectora Regional La Tebaida. Crédito: Germán Barrera.