El riesgo de ser defensora del medio ambiente en Colombia

Alrededor de 1.000 mujeres que trabajan por la defensa del medio ambiente en Colombia dicen que se encuentran constantemente en riesgo. Según informe de COLEMAD, la vida de las defensoras en los territorios es una constante incertidumbre.
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Colombia está a la cabeza de los países más peligrosos para las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente, publicó Global Witness en 2021. De los 227 activistas ambientales asesinados en el mundo, 65 tuvieron un desenlace fatídico en el país andino.

La investigación de la organización internacional además halló que las mujeres que actúan y se manifiestan en defensa del medio ambiente también se enfrentan a formas de violencia específicas de género, incluida la violencia sexual.

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Mediante un encuentro ecofeminista la organización Colemad compartió oficialmente el informe ‘Nos queremos vivas para defender la vida’. Crédito: Colemad.

Angie Barrios es coordinadora de área en la Asociación Colectivo Mujeres al Derecho (COLEMAD) una organización social de carácter feminista que trabaja por los derechos humanos y de la tierra en Colombia. Barrios comparte que según su más reciente informe ‘Nos queremos vivas para defender la vida’ “en todos los territorios del Caribe colombiano las mujeres han sido víctimas de amenazas y agresiones” por su trabajo de defensa.

Esto ha provocado que muchas mujeres ‘ecofeministas’ tengan que salir con medidas de reubicación de emergencia para resguardar su vida y la de su familia. Lo que ha beneficiado a un modelo de economía basado en la explotación de los recursos naturales que, según el informe, ha producido fuertes tensiones socio ambientales y pocos efectos en el mejoramiento de la economía, el desarrollo y las condiciones de bienestar de las poblaciones.

Mediante el apoyo de mil mujeres defensoras ecofeministas COLEMAD identificó detalladamente en su informe algunos de los conflictos ambientales que se presentan en la región caribeña, al norte del país, con el fin de que la comunidad internacional y organismos de derechos humanos activen mecanismos efectivos de prevención, investigación, juzgamiento y sanción.

El Atlántico

La falta de políticas e inversión estatal han provocado que los pequeños parceleros vendan sus tierras, lo que ha ocasionado la concentración de la tierra, la acción de ganadería extensiva, y el desarrollo de procesos extractivistas, que traen consigo impactos socioeconómicos en las poblaciones y profundos daños medioambientales.

Por otra parte, COLEMAD identificó que los cuerpos de agua también se han venido afectado. La organización ecofeminista reporta el daño y privatización a las ciénagas, la construcción de obras sin la aprobación de licencias ambientales y la explotación ilegal de canteras en varias zonas de la región.

El Magdalena

La concentración de grandes extensiones de tierra por parte de actores armados ilegales y el narcotráfico, así como algunas empresas y actores económicos, son algunas de las problemáticas que enfrentan las comunidades en la región y que, según COLEMAD, facilitan la explotación de recursos naturales y la ejecución de megaproyectos.

La minería es otro de los dolores de cabeza que padece esta región. El informe comparte que los residuos y contaminación del aire que deja el transporte de carbón afecta la operación turística, y la extracción de materiales de construcción a cielo abierto afecta reservas forestales y genera inundaciones en varios territorios del Magdalena.

La Guajira

Con una capacidad productiva de 30 a 32 millones de toneladas de carbón por año, en La Guajira está una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo, dice el informe. Esto ha provocado afectaciones territoriales y conflictos ambientales con impactos socioeconómicos.

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Luego de un largo trabajo de investigación, la organización Colemad y defensoras del medio ambiente y de la tierra presentaron el informe ‘Nos queremos vivas para defender la vida’. Crédito: Colemad.

El Cesar

A nivel ambiental, el reporte expone la explotación de carbón a cielo abierto como el responsable de la desviación y relocalización de un río de la región para favorecer actividades mineras de multinacionales. Ganaderos y pescadores avisan que esto genera un grave impacto ambiental.

Adicional a esto, personas lideresas sociales y ambientalistas indicaron en el informe que, luego de participar en legítimas actividades pacificas de protesta y manifestación en contra del fracking en su territorio, el Escuadrón Móvil Antidisturbios de Colombia (ESMAD) ha reprimido con violencia sus acciones, y por ello solicitan al Estado colombiano garantizar este derecho.

Córdoba

Entre muchas de las complejidades que enfrenta este departamento colombiano, COLEMAD resalta los efectos negativos que han enfrentado las comunidades rurales como consecuencia de una hidroeléctrica, la cual ha provocado la violación de los derechos a la vida, salud, trabajo y medio ambiente sano. Dentro de las consecuencias está la degradación medioambiental, desecación y contaminación de cuerpos de agua, transformaciones en los patrones de poblamiento y otros impactos que no fueron determinados ni compensados por la empresa en sus estudios de impacto ambiental.

Bolívar y Sucre

El mal uso del agua ha sido uno de los efectos negativos que expone el informe, debido a que se estima que en una hectárea de palma se siembran 120 árboles o plantas, las cuales requieren de 150 milímetros de agua mensual. Las comunidades denuncian que la región ha venido teniendo afectaciones medioambientales debido a los monocultivos de palma de aceite.

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Contenido del informe ‘Nos queremos vivas para defender la vida’. Crédito: Colemad.

A pesar de los obstáculos que las mujeres enfrentan para defender la tierra y el medio ambiente en el país, ellas continúan su labor de la mano de organizaciones como COLEMAD. El Fondo Noruego para los Derechos Humanos apoya a esta organización social que trabaja en el fortalecimiento y protección de comunidades y defensoras de derechos humanos y del medio ambiente.

Portada: Colemad.