La desaparición forzada es un problema global, y que en muchas ocasiones se rige por un único principio: causar miedo a la ciudadanía. Según Naciones Unidas, cientos de miles de personas han desaparecido durante conflictos o períodos de represión en al menos 85 países de todo el mundo.
El Fondo Noruego para los Derechos Humanos (FNDH) se suma a la exigencia de saber donde están que comparten los familiares y amigos que les arrebataron la presencia de una persona querida. En este caso, también reconoce la labor de las personas defensoras de derechos humanos para dar apoyo y orientación que en muchos casos es clave para lograr avanzar en el largo camino de la búsqueda por la verdad. Esta labor, lejos de ser reconocida, sigue estando perseguidas y denigrada en muchos lugares del mundo, según recoge Naciones Unidas. A esto hay que añadir cómo los Estados usan la la lucha contra el terrorismo como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones y la todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada.
El FNDH apoya a organizaciones de derechos humanos en diferentes partes del mundo que trabajan cada día para saber donde están las personas desaparecidas. Y sigue confiando en que su trabajo es clave para lograr que las familias de las víctimas de desaparición forzada puedan saber la verdad.