Defensoras de derechos humanos, esenciales para el cambio

En el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, hablamos con organizaciones de México y Colombia para acercarnos a las luchas que llevan en los territorios.
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Las mujeres lideran luchas en sus comunidades donde en muchas ocasiones, deben enfrentar obstáculos mayores por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, ellas son fundamentales para seguir afianzando procesos que promuevan una paz sostenida y consolidar acciones que generen cambios en sus territorios. Hoy, 29 de noviembre, Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, hablamos con dos organizaciones que trabajan para fortalecer el trabajo de las defensoras de derechos humanos en América Latina.

Anita Hernández es defensora y además representante de la Red de Formadoras Kualinemilis A. C. de la sierra norte de Puebla. Mujeres indígenas forman esta red que acompañan a mujeres en situación de violencia y también defienden los derechos de la tierra de las mujeres de esta región. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México muestran que más del 62% de las mujeres mexicanas sufren violencia durante sus vidas.

Hernández subraya cómo la defensa de derechos humanos empieza por la defensa del cuerpo de cada mujer. “Cuidar nuestra salud como mujeres depende de que cosechemos nuestros propios productos de manera orgánica”, explica. Además, se queja sobre cómo “el patriarcado que está todavía en el mundo” está afectando a su labor. Esto hace que las mujeres “tengan múltiples ocupaciones en la casa y el cuidado de los animales” y que sea complicado asegurar su participación en los proyectos pero subraya la cooperación que reciben por parte de las comunidades para continuar con sus actividades. La Red de Formadoras Kualinemilis A. C., está fomentando además la recuperación de las tradiciones ancestrales y las actividades comunitarias del medio ambiente como ejes de su trabajo.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México muestran que más del 62% de las mujeres mexicanas sufren violencia durante sus vidas.

Con motivo de este día, Hernández confiesa que lo que persiguen organizaciones como la suya, es que los derechos de las mujeres “no solo estén escritos” sino que se respeten para facilitar que las mujeres puedan acceder a una “justicia pronta” para que sus derechos sean escuchados y tratados de una manera digna.

Nora Isabel Saldarriaga, trabaja en la Fundación Forjando Futuros, una organización que promueve el desarrollo de las comunidades y la defensa de los derechos humanos en Colombia. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) 178 mujeres lideresas y defensoras fueron asesinadas desde la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016. Esta organización trabaja en promover liderazgos de mujeres para que sean ellas las que decida el tipo de desarrollo que quieren para sus territorios.

178 mujeres lideresas y defensoras fueron asesinadas desde la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016

Saldarriaga, explica que las mujeres que acompañan en uno de sus proyectos, trabajan en la defensa de la vida “por medio del cuidado de la tierra, la siembra y la defensa del agua”. Esto lo hacen en unas circunstancias complejas. La región donde viven es Antioquia, una de las zonas donde se concentran el mayor número de violaciones de derechos humanos a causa del conflicto armado. Pero además tienen que enfrentar otros obstáculos a nivel personal como la creencia que les inculcaron de que “no son capaces de decidir”. Esto va unido a una falta de reconocimiento de las actividades de cuidado que realizan y a “prácticas patriarcales que ponen entredicho sus ideas, actuares y posiciones”.

Para Saldarriaga, el papel de las mujeres en la resolución de conflictos es muy importantes. “La participación de estos liderazgos es esencial para lograr una paz duradera, pues las mujeres han visibilizado ser agentes de cambio, de transformación y de fomento de la paz y la reconciliación”, afirma. Según un estudio de Naciones Unidas, al garantizar la participación de las mujeres en las etapas de negociación y de postconflicto, la probabilidad de que los acuerdos duren al menos dos años se incrementa en un 20%, y que este porcentaje llega hasta un 35% en aquellos que se firmaron por quince años.

"La participación de estos liderazgos es esencial para lograr una paz duradera" Nora Isabel Saldarriaga, Fundación Forjando Futuros.

Desde el Fondo Noruego para los Derechos Humanos, prestamos especial atención en apoyar proyectos como los de estas organizaciones que trabajan directamente con defensoras de derechos humanos en los territorios, acompañando su empoderamiento para la participación política y el acceso a la justicia.

Foto portada: Marcha del 25 de noviembre en Colombia.