Este espacio toma como base la Resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad cuya adopción hace más de 20 años, supuso un avance histórico para las mujeres que por más de un siglo lucharon en favor de la paz.

Claudia Mejía, feminista y defensora de derechos humanos que actuó como guía de este espacio, compartió un contexto general sobre la situación de las mujeres en Colombia. Mejía habló sobre la gran brecha que existe frente a los hombres: “la tasa de desempleo es del 20,7% mientras que en los hombres solo es del 12,7%. En términos de participación política ha sido muy visible la desigualdad, las elecciones del 2018 demostraron que solo el 18,7% de las mujeres ocuparon un puesto en la cámara de representantes del congreso frente a un 81,3% por hombres”, expuso Mejía.
Entre otros datos brindados, también se destacó la preocupación frente a la seguridad de las defensoras de derechos humanos en los territorios del país. Mejía dijo que “según datos de Sisma Mujer, durante 2019 y 2020 se incrementó en un 3,42% el número de violencias hacia lideresas sociales”. De acuerdo con las organizaciones que asistieron, este porcentaje ha venido aumentando desde la firma del Acuerdo de Paz.
“La tasa de desempleo es del 20,7% mientras que en los hombres solo es del 12,7%. En términos de participación política ha sido muy visible la desigualdad, las elecciones del 2018 demostraron que solo el 18,7% de las mujeres ocuparon un puesto en la cámara de representantes del congreso frente a un 81,3% por hombres” dijo Claudia Mejía, feminista y defensora de derechos humanos que actuó como guía en este análisis de contexto
La implementación del Acuerdo de Paz con una perspectiva feminista
En la sesión también se habló sobre el estado del Acuerdo de Paz con un enfoque de género. Después de cuatro años de su implementación, se identificó que hay retrasos y vacíos o medidas insuficientes en componentes como la participación política, la reforma rural integral, la solución al problema de las drogas ilícitas y el fin del conflicto armado.
Mejía expuso que “aunque muchas medidas se han iniciado, sigue habiendo vacíos que representan un gran peligro en temas de derechos humanos para las mujeres. Como es el caso de la solución al problema de las drogas ilícitas en el que muchas personas perdieron sus medios de vida y se quedaron sin qué vivir”.
Por su parte, el componente de víctimas ha sido el que más avances ha evidenciado. Con el apoyo de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) se han podido recoger testimonios para esclarecer qué ocurrió durante el conflicto armado. No obstante, Diana Barrios de la organización COLEMAD expresó su preocupación frente a este resultado, “aunque se ven avances hay una revictimización de las mujeres y una desarticulación de la nación con los territorios”.
Sandra Solano de la Confluencia de Mujeres dijo que “aunque este gobierno ha venido dando la espalda al Acuerdo de Paz, se rescata la presión que han venido haciendo las organizaciones para su cumplimiento”.
Este argumento frente a la unión de las organizaciones se vio respaldada por Ángela Galvis, oficial de programas del FNDH, quien en su intervención dijo que el trabajo de las copartes ha promovido en un 83% la participación de las mujeres en el Sistema Integral. Por otra parte, el 81% de las copartes ha manifestado haber realizado actividades en pro de la inclusión del enfoque de género en la implementación del Acuerdo de Paz.