A lo largo de estos diez años, se han impulsado importantes iniciativas globales promovidas por estas personas y comunidades, que han logrado posicionar el suelo como un derecho fundamental para la sostenibilidad y la soberanía alimentaria.
En el marco de nuestra campaña 'Mujeres que inspiran: Voces de resiliencia desde el territorio' hacemos visible la importancia del suelo para garantizar el respeto de los derechos humanos, especialmente de aquellas organizaciones sociales y comunidades locales que están en primera línea por el desarrollo de iniciativas para proteger el suelo, promover el uso sostenible de los recursos y contribuir a un futuro más justo y resiliente.
El suelo en riesgo: amenazas globales y sus implicaciones
En las últimas décadas, el suelo ha estado bajo constante amenaza debido a la erosión, la degradación, la contaminación, la compactación y la pérdida de biodiversidad. Estas amenazas son el resultado de prácticas destructivas como la deforestación, los monocultivos, la ganadería extensiva, la expansión urbana y el cambio climático.
Estos procesos no solo dañan el ambiente, sino que también vulneran derechos fundamentales, como el derecho a la alimentación y a un entorno saludable. El 95% de la producción mundial de alimentos depende directamente del suelo; sin embargo, el 75% de este recurso ya está degradado, lo que afecta a más de 3.200 millones de personas.
Si no se toman medidas urgentes, se estima que para 2050 este porcentaje podría alcanzar el 90% (UNESCO 2024), lo que pondría en riesgo los derechos básicos de millones de personas, especialmente en las comunidades rurales que dependen directamente del suelo para su subsistencia.
Respuestas globales a la crisis del suelo
Frente a estos desafíos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó en septiembre de 2011 la Alianza Mundial por el Suelo, con el objetivo de promover la gestión sostenible y la restauración de los suelos, reconociendo el acceso a un suelo saludable como un derecho humano esencial.
En julio de 2022, durante el Simposio Mundial sobre los Suelos, se presentó un marco de acción con metas específicas para 2030, que buscan gestionar y restaurar los suelos, fortalecer la gobernanza territorial y promover la sensibilización sobre la salud del suelo, garantizando el derecho a la alimentación para el bienestar humano de las comunidades más vulnerables.
Otra importante estrategia es la Iniciativa Internacional sobre Clima y Bosques de Noruega (NICFI), que, a través de su enfoque en políticas de uso del suelo y cadenas productivas libres de deforestación, ha logrado prevenir la deforestación en regiones clave del Sur Global. Al reducir la deforestación, NICFI contribuye a la protección de los ecosistemas y la biodiversidad, mientras promueve los derechos de las comunidades locales que dependen directamente de los bosques y el suelo para su sustento.
Por su parte, la Coalición Internacional por el Acceso a la Tierra (ILC) lucha globalmente por los derechos sobre la tierra, reuniendo a organizaciones de la sociedad civil y defensores para fortalecer la gobernanza territorial y garantizar que las comunidades puedan ejercer plenamente sus derechos.