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En 2006, 65 mineros del carbón murieron en un accidente minero en Coahuila, México.
Hasta la fecha, solo se han recuperado 2 cuerpos, mientras que 63 cuerpos permanecen en las minas de carbón.
La organización coparte del FNDH, Organización Familia Pasta de Conchos, trabaja para asegurar el proceso de recuperación de los 63 mineros que quedan en las minas y hacia promover mejores condiciones laborales para los mineros de la región.

Pasta de Conchos: Luchando por los derechos de los mineros en México

La pandemia de COVID-19 ha golpeado fuertemente a México, incluyendo a los mineros, quienes han continuado trabajando a pesar de los riesgos que esto representa para su salud. Esto tampoco ha detenido a la Organización Familia Pasta de Conchos (OFPC), coparte del FNDH, cuyo trabajo continúa para mejorar las condiciones laborales de los mineros en Coahuila.
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La organización Familia Pasta de Conchos (Organización Familia Pasta de Conchos) se formó en 2006 luego del accidente minero que mató a 65 mineros en la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, México. Además de trabajar para recuperar los cuerpos que quedan dentro de la mina, la OFPC trabaja para mejorar las condiciones laborales de los mineros.

En México, el gobierno ha clasificado la actividad minera como “trabajo esencial”, es decir, los mineros han tenido que continuar trabajando en las minas a pesar de la pandemia. En esas pequeñas minas de carbón es muy difícil mantener la distancia social, y los trabajadores que ya están expuestos a otras condiciones de trabajo peligrosas de las minas, también han corrido el riesgo de infectarse con COVID-19. Sin embargo, al enfrentarse a la opción de quedarse en casa sin tener ingresos o ir a trabajar, muchos mineros han optado por seguir trabajando en las minas para poder ser capaces de mantener a sus familias.

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Cristina Auerbach, fundadora de la Organización Familia Pasta de Conchos, afuera de la mina Pasta de Conchos.

Durante el desarrollo del proyecto, aproximadamente 200 mineros y sus familias se han sumado a la OFPC. Aunque la pandemia ha significado muchas dificultades, los miembros de la organización se han podido reunir físicamente con grupos reducidos de mineros y han continuado defendiendo sus derechos. Además, han podido responder a los informes que han recibido sobre niños trabajando en las minas y han realizado inspecciones mineras. Asimismo, la OFPC ha mantenido varias reuniones en Coahuila con el gobierno federal, respecto a las condiciones de trabajo en las minas de carbón de la región, así como reuniones físicas con pequeños grupos de familiares de los mineros que fallecieron en el accidente de 2006.

La OFPC lleva años trabajando para recuperar los cuerpos que quedaron sepultados en la mina tras el accidente de 2006. Cristina Auerbach, fundadora de la OFPC, explica que los familiares de los mineros que murieron en el accidente de Pasta de Conchos han reconocido que las instituciones estatales suelen proteger a las empresas mineras, y no a los trabajadores y a sus familias. La OFPC defiende los derechos y las condiciones laborales de más de 1500 mineros, pero a pesar de sus esfuerzos, han ocurrido algunos accidentes y muertes relacionadas con las condiciones laborales que continúan siendo inseguras. Desde el accidente de 2006, más de 100 mineros han muerto en accidentes mineros, sin que nadie haya sido responsabilizado por los accidentes. La OFPC también se ha enfrentado a mucha oposición, particularmente de grupos de empresas y políticos, quienes, de acuerdo con la organización, ven los derechos de los trabajadores como un “gasto”, en vez de verlo como una inversión y una cuestión de justicia.

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La organización lucha por la recuperación de los cuerpos de los mineros fallecidos en el accidente de 2006.
Nombres de algunos de los mineros que murieron en el accidente.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha proporcionado un tiempo de reflexión para la comunidad. Debido al temor a ir a trabajar en las minas de carbón, algunos trabajadores de estas se han dado cuenta de que pueden utilizar otras habilidades que tienen para encontrar distintas oportunidades de empleo, por ejemplo, ofreciendo servicios en el ramo de la electricidad. Al mismo tiempo, se ha desarrollado una mayor conciencia dentro de la comunidad sobre el peligro que representa el carbón para el medio ambiente, y los jóvenes cada vez más demandan el fin de la industria de las minas de carbón, vinculando la pandemia con los daños causados al medio ambiente.

La OFPC también ha fortalecido la cooperación con las autoridades federales respecto al monitoreo y documentación de la situación en las minas, y se han realizado más de cuarenta viajes a minas ilegales y legales para investigar muertes, documentar las condiciones de trabajo y otras violaciones a los derechos humanos. También han acompañado a nueve mineros y a sus familias en casos de violaciones de derechos humanos y han trabajado para liberar a mineros que han sido encarcelados tras haber sido acusados por cargos de delitos inventados.

El FNDH se enorgullece de apoyar el importante trabajo de la Organización Familia Pasta de Conchos para mejorar la situación de los derechos humanos de los mineros en Coahuila, México.

Cristina Auerbach comparte su historia en el proyecto “Yo Defiendo los Derechos”, y los motivos para ser defensora de derechos humanos. Escucha su historia aquí (en español):