Historias de derechos humanos desde el territorio

La Corporación Humanitaria Reencuentros ha mantenido su compromiso por la construcción de paz, el acceso a la justicia, y la lucha contra la impunidad a través de la búsqueda de personas desaparecidas en el contexto del conflicto armado en Colombia. Esta organización coparte está conformada por firmantes del Acuerdo de Paz como Yaritza Paniagua, quien es miembro de la junta directiva y coordinadora de la región Oriente. Actualmente, Yaritza también acompaña los esfuerzos por encontrar a otras víctimas de desaparición forzada en Colombia, pues este proceso de búsqueda se ha extendido en gran medida.

Uno de los casos que más recuerda Yaritza es la recuperación de los cuerpos en la zona de La Pista, en el departamento del Meta, después de 35 años de búsqueda. Yaritza afirma que este importante acontecimiento hizo cambiar de opinión a las demás familias buscadoras y que este hecho les motivó en su búsqueda: "Aparte de conmovedor, fue gratificante, porque todos dijeron 'sí se puede, de verdad, si estas personas llevaban 35 años buscando en campo abierto y se pudieron encontrar, independientemente de cómo los habían dejado los bombardeos, seguramente se podrán hacer muchos más'".

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En una de las actividades de acompañamiento del FNDH Nicol Caicedo dijo que su mayor referente era su mamá: "¿Por qué? Porque nosotras vivíamos con mi papá en dicha zona, en la Comuna 6. Pero debido a que mi papá no dejaba que mi mamá estudiara, que saliera, y hasta nos amenazó, él nos amenazó, entonces mi mamá decidió separarse. Luego de eso, ella pudo ingresar a estudiar sociología y llegó a AMBULUA. Mi mamá en estos momentos es la coordinadora de infancia y adolescencia del barrio La Cima en AMBULUA", cuenta Nicol.

La resiliencia de la madre de Nicol y el trabajo en defensa de los derechos humanos de las mujeres han sido una inspiración para Nicol, tanto que ahora trabaja replicando a otras mujeres y niñas afrodescendientes lo que aprendió en el diplomado sobre género y participación política cultural de AMBULUA. La historia de Nicole y su madre es un ejemplo de cómo el trabajo de nuestra coparte AMBULUA ha sido clave para fortalecer la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad.

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El pueblo indígena Inga se enfrenta a conflictos socioterritoriales. La empresa canadiense Gran Tierra Energy lleva más de una década intentando consolidar sus proyectos petrolíferos en el municipio de Villagarzón, al suroeste de Colombia, donde se cruzan al menos siete resguardos indígenas del pueblo Inga. El Gobierno de Colombia ha dado vía libre a la exploración y explotación de hidrocarburos en el territorio Inga ignorando la presencia y los derechos del pueblo. Oliva Quinguanas, gobernadora del Resguardo Kachiyaku Andaki del pueblo indígena Inga explica: "hemos tenido una problemática muy extensa, muy grande con esta empresa, ya que vinieron sin consulta previa a las comunidades y vinieron a interponer una planta donde iban a hacer el proceso de petróleo".

A esta situación se suman otras violaciones de derechos humanos como la reiterada intimidación e invisibilización del pueblo indígena. Con el fin de garantizar la defensa de los derechos humanos, la comunidad ha respondido mediante el fortaleciendo de sus capacidades individuales y colectivas de protección a través de estrategias y metodologías desarrolladas por ACIMVIP con un enfoque diferente basado en la conservación y cuidado de su territorio a través del uso de la medicina tradicional. "Los planes propios de protección siempre son con la medicina, con el yajé, esa es nuestra propia medicina, la que nos guía, la que nos protege, la que nos limpia, la que nos ayuda a proteger nuestro territorio. Esa es nuestra autoprotección", cuenta Oliva.

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Edith Lucía Taborda Guevara es una mujer que encarna la resistencia colectiva que históricamente ha marcado al pueblo indígena Embera Karambá en defensa de su tierra y territorio. Desde su trabajo, como Gobernadora Mayor de la Parcialidad Embera Karambá, Edith Lucía ha estado al frente de la denuncia y reivindicación de aproximadamente 5.000 indígenas ubicados en el centro-occidente de Colombia, en Quinchía, Risaralda. Desde hace 15 años, alrededor de 12 proyectos de exploración y explotación minera han sido concedidos a empresas multinacionales dentro de este territorio indígena. Estos proyectos han provocado múltiples conflictos socioambientales en el territorio indígena denunciados por la comunidad.

En este proceso de reivindicación de los derechos étnicos, territoriales y de garantías para la defensa del ambiente, el pueblo indígena Embera Karambá ha contado con el acompañamiento de nuestra coparte Amar es Más. "Con la ayuda jurídica de Amar es más, se dio en el 2023 que la Resolución [No. 34 del 1 de noviembre de 2023 de la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa] nos fuera favorable como comunidad", dice Edith Lucía. Esto significa que se reabrió el proceso de Consulta Previa, Libre e Informada. Adicionalmente, la Gobernadora agrega que "lo que hemos caminado acá, no se aprende ni en la academia. Nos hemos fortalecido muchísimo, demasiado. Hemos creado mandatos y esos mandados para los pueblos indígenas y para nosotros son ley que dejamos como un camino a seguir para las próximas generaciones".

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Juana Velásquez participa en el proyecto de nuestra coparte, INDEPAZ, y comparte que el pueblo indígena Wayúu ha sido víctima de los deficientes procedimientos en las consultas previas y de las falsas promesas de las empresas que trabajan con energías renovables. Según INDEPAZ, más de 50 parques eólicos manejados por 8 grandes casas matrices multinacionales y multilatinas le apuestan al constante y fuerte viento del nordeste de Colombia que golpea sin tregua las costas Guajiras. La mayoría de las personas que como Juana tienen de vecinos a los aerogeneradores se quejan de consultas previas amañadas y de tratos injustos por parte de las empresas.

INDEPAZ ha acompañado a las comunidades del pueblo Wayúu en la Serranía de Mauré para la definición y socialización de su protocolo autonómico para la protección y conservación del territorio ancestral de acuerdo con sus usos y costumbres. Este trabajo comunitario busca fortalecer la exigencia de los derechos colectivos de las comunidades indígenas del Cabo de la Vela, y ha permitido defender los lugares sagrados de la comunidad ubicados en el Cerro Carpintero, donde se traslapa la instalación de dos proyectos de energía eólica.

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El bosque seco tropical, originariamente uno de los más extensos de Colombia, está a punto de desaparecer. Al norte del país, en la Sierra Nevada de Santa Marta, la zona cubierta por este ecosistema se categorizó en peligro crítico. Sibelis Villazón hace parte del grupo de mujeres indígenas del Resguardo Indígena Kankuamo (RIK) que realiza una labor de protección y conservación del bosque seco tropical en esta zona del país. "Este territorio es mi cuerpo y como es mi cuerpo debo cuidarlo", agrega Sibelis.

El RIK ha generado una mayor apropiación por parte de las comunidades hacia el bosque seco tropical, así como el reconocimiento de las riquezas naturales del territorio a través de los recorridos de la cuenca alta y media del río Seco. Las mujeres indígenas han identificado espacios potenciales para la conservación y protección, permitiendo proyectar acuerdos, compromisos de monitoreo, y generando una estrategia piloto para la protección y restauración del bosque, la reducción de la deforestación y la degradación del mismo.

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Jesús Giraldo es un campesino de la Reserva Forestal Protectora Regional La Tebaida que se dedica al manejo forestal sostenible gracias al apoyo de nuestra coparte la Corporación de Estudios, Educación e Investigación Ambiental (CEAM). "Antes, los campesinos nos fijábamos en los árboles gruesos para ir con una motosierra o una sierra de mano a talarlos para venderlos y así obtener recursos económicos. Hoy, gracias al diplomado del CEAM, vemos el bosque con otras expectativas. Lo estamos viendo para cosechar sus semillas, para hacer el seguimiento fenológico que necesitamos, para saber cuándo es la época de florecimiento, cuándo podemos cosechar."

CEAM ha mejorado el conocimiento sobre la Reserva Forestal Protectora Regional La Tebaida a través del diplomado Ruralidad, Bosque y Paz en el que 27 estudiantes de 12 veredas diferentes ahora tienen una comprensión integral del concepto de protección de su territorio y han adquirido bases técnicas y legales para influir efectivamente en su planificación y gestión. Adicionalmente, las personas que cursaron este diplomado identificaron 365 árboles semilleros de 35 especies para su manejo forestal sostenible.

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